Lectura: Salmos 58:1-11
John Wayne Gacy fue ejecutado por el Estado de Illinois por secuestrar, torturar y asesinar a 33 hombres jóvenes. Gacy era un hombre malvado, cruel, rencoroso, y confieso que estoy tranquilo de que ya no sea una amenaza para la sociedad.
Pero esto plantea preguntas difíciles en mi mente. ¿Cuál debe ser la actitud del creyente, cuando los malvados son castigados por sus actos de maldad? Deberíamos “alegrarnos” cuando las personas crueles, pagan por el sufrimiento que han causado?
Tenemos un poco de ayuda y luz en el Salmo 58, donde David oró para que Dios hiciera justicia a las personas malas que se le oponían. «¡Quiébrales los colmillos, oh Dios!, le rogó (v. 6). «Que sean como caracoles que se disuelven y se hacen baba, como un niño que nace muerto y que nunca verá el sol.” (v. 8). ¡Esas sin duda son palabras fuertes!
Sin embargo, existe una observación clave se debe hacer aquí. David estaba orando para que se llevara a cabo la justicia de Dios contra los malvados incorregibles que “escupen veneno como serpientes mortíferas; son como cobras que se niegan a escuchar, y hacen oídos sordos a las melodías de los encantadores de serpientes, aunque toquen con mucha destreza. (vv.3-5).
Dios es un Dios de justicia. Su santidad afirma que los pederastas, asesinos en masa, y los defraudadores de los inocentes, entre otros, pagarán por sus crímenes.
1. Podemos tranquilizarnos al saber que Dios no va tolerar el mal para siempre. Pero también vamos a regocijarnos de que Dios es misericordioso. A través del sacrificio de su Hijo, somos perdonados y la justicia de Dios es satisfecha.
2. Prospera ahora mal, reina la falsedad, y la oscuridad atenúa la luz; Sin embargo nos alegramos al saber que Cristo, un día va cambiar las cosas a bien.
3. «Yo tomaré venganza; Yo les pagaré lo que se merecen” dice el Señor. -Romanos 12:19.
NPD/DCE