Lectura: Juan 11:45-57
El milagro de Lázaro, fue un momento decisivo para muchas personas con respecto a Jesús, unos para seguirle como Mesías prometido y otros para tomarle tan sólo como un “chivo expiatorio”, tal fue el caso de algunos fariseos que vieron la gloria de Dios manifestada en aquel evento y otros por el contrario tuvieron miedo de perder el poder y posición política religiosa entre su nación. Ese es el efecto de Jesús en las personas, algunas lo amarán y otros en cambio lo odiarán.
La decisión tenía dos opciones: dejarlo seguir o deshacerse de Él. Si lo dejaban seguir era probable que a la larga todos creyeran en Él; si esto pasaba los romanos vendrían y aplastarían a este Mesías Rey y con Él a todo el pueblo. Desde aquel día la decisión tomada por los principales miembros del Sanedrín (aquellos que habían ejercido como sumo sacerdotes en el pasado y por otros de gran influencia) fue que debían hacer que Jesús muriera. Este grupo decisor llamado Sanedrín, fue un comité o grupo político-religioso que estuvo vigente desde el siglo 3 a.C. hasta el siglo 4 d.C. y que gobernaba con 70 ancianos conformados principalmente por Saduceos, Fariseos y un sumo sacerdote que en ese entonces era Caifás, quien gobernó entre el 18 d.C. hasta el 36 d.C.
Ellos pensaron astutamente en un plan con el cual se desharían de este molesto predicador, “hijo de carpintero”. Sin darse cuenta Caifás hace referencia al plan que tenían: “conviene más que muera un solo hombre por el pueblo”; lo que para estos hombres sería la solución malvada a sus problemas, Dios lo convertiría en el medio de salvación para su pueblo y las naciones.
Mientras esto ocurría Jesús se traslada a un pueblo llamado Efraín que estaba ubicado a 9 km (5.6 millas) de Betel y a unos 23 km (14.3 millas) de Jerusalén. Esto posiblemente para alejarse del Sanedrín mientras llegaba su tercera y última Pascua, pues ellos tenían espías por toda Jerusalén esperando que se apareciese.
1. Para ser verdaderamente libres, la única forma que existe es por medio de nuestro Señor y Salvador Jesús.
2. ¿Con qué estás llenando tu vida; con las cosas terrenales o con las maravillas eternas del reino del Señor? Comparte con otros lo que el Señor te ha concedido de gracia.
MD/HG
Jesús: El sacrificio único y suficiente por su pueblo. “No entienden que les conviene más que muera un solo hombre por el pueblo, y no que perezca toda la nación.” Juan 11:50.
Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic.