Lectura: Efesios 4:17-24

Un muchacho tocó la puerta del estudio de un artista italiano que había muerto. Cuando la puerta se abrió, el muchacho preguntó: “Por favor, señora, ¿sería tan amable de darme el pincel del maestro?”

El muchacho que tenía un anhelo apasionado por ser artista, deseaba tener el toque del maestro. La mujer colocó el pincel en la mano del muchacho y lo invitó a hacer una prueba.

El muchacho hizo un esfuerzo supremo, pero al poco rato se dio cuenta de que no podía pintar mejor con aquel pincel, que con el suyo propio. La mujer entonces dijo: “Recuerda, no puedes pintar como el gran maestro, a menos que tengas su mismo talento”.

De una manera similar, las personas que nunca han nacido de nuevo están destinadas al desengaño y al fracaso cuando intenten vivir una vida agradable a Dios. Si no tienen al Espíritu Santo morando en ellos, no lo lograrán.

Tal vez tú has experimentado el nuevo nacimiento y tienes el Espíritu de Cristo viviendo dentro de ti, y sin embargo sientes que no tienes la fuerza que emana de Él. La razón podría ser que aunque tienes todo Su Espíritu, Su Espíritu no tiene todo de ti, tal y como lo relataba Pablo en Romanos 7:7-25 donde identifica a la carne (el cuerpo) que aún tenemos, como a la responsable de ese problema. Todas tus ambiciones y deseos deben someterse a Su control.

  1. Recuerda que la grandeza del poder y la eficacia de tu servicio para Cristo son directamente proporcionales a la medida de tu rendición a Cristo.
  2. Se puede ver a Cristo más claramente cuando permanecemos en Él.

NPD/HGB