Lectura: 2 Crónicas 34 – 36.
Los hijos muchas veces son un vivo retrato de sus padres o todo lo opuesto a ello. El presente caso, Jonatán que significa “don de Dios” es lo opuesto a su padre Saúl. El hijo fue fiel, valiente, amigable, leal; mientras su padre, fue todo lo contrario.
Aquí tenemos otro contraste tremendo entre un buen rey y sus hijos malos. Sería injusto tratar de asignar culpabilidad con tan pocos detalles disponibles, pero una cosa es obvia, no hay garantía en cuanto a nuestros hijos, porque cada uno escoge su propio camino (y Dios).
1. Volvemos al punto reincidente: Lo que hagamos tendrá un peso importante en nuestra descendencia. La conversión de Manasés ayudó a Josías (su nieto) a seguir los buenos pasos finales de su abuelo Manasés. ¿Cuáles fueron sus aciertos? ¿Qué tipos de ídolos y altares (obviamente estamos hablando de simbolismos) debemos destruir en la actualidad? ¿Por qué fue necesaria una destrucción tan completa? ¿Qué nos enseña esto?
2. ¿Al purificar el Templo hicieron un hallazgo, cuál fue? ¿Qué nos dice esto con respecto a lo que habían hecho (reyes, sacerdotes, levitas) con los asuntos espirituales? ¿Cómo afectó esto al pueblo?
3. ¿Cómo muere Josías? ¿Qué lección aprendes con respecto a reconocer la voz de Dios? ¿Qué debería haber hecho Josías para poder confirmar lo que le decía el Faraón? ¿Por qué crees que no lo hizo? ¿Por qué no lo hacemos nosotros?
4. Además de su regreso a las apostasías de su bisabuelo Manasés, ¿Qué hicieron los hijos de Josías que les imposibilitó recibir misericordia de Dios? ¿Qué hizo Dios en este tiempo para corregirlos?