Lectura: Salmos 103:1-22

Muy a menudo mi esposa tiene que recordarme que tengo que sacar la basura los días en que pasa el camión.  Aunque quizás no sea una de mis tareas preferidas en la casa, cuando la termino me siento bien pues cumplí con una tarea al estilo Misión Imposible, que pocos están dispuestos a realizar, pero cuyos resultados se aprecian a simple vista, al menos mientras llega el próximo día en que tengo que sacar nuevamente la basura.

De la misma manera en la que necesitas camiones para recoger la basura que se acumula en tu hogar, también, pero desde un punto de vista espiritual, necesitas que Jesús limpie la “basura” que inevitablemente se acumula en tu corazón.  Cuando te olvidas de sacar ese tipo de “basura espiritual”, todo se empieza a complicar.

Es por esta razón que el Señor quiere que regularmente saques la basura de tu vida, y vuelvas al pie de la cruz para recordar que toda esa basura fue llevada por Jesús en un momento.

Pero, qué sucede cuando empiezas, así como algunos animales, a hurgar en la basura buscando cosas a las que no estás dispuesto a renunciar ¿Algún hábito pecaminoso? ¿Alguna fantasía inapropiada a la que quieres aferrarte? ¿Alguna venganza a la cual quieres prenderle fuego?  ¿Por qué te aferras a la basura si sabes que es asquerosa, maloliente, y genera todo tipo de enfermedades?

Eso no tiene sentido y tú lo sabes, entonces vamos, toma tu “basura”, reconoce el mal que has hecho, o el bien que has dejado de hacer, y como resultado el Señor se llevará esa basura a un lugar tan lejano que ni siquiera puedes imaginar, tal como dice 1 Juan 1:9: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad”, y lo refuerza en Salmos 103:12: “Tan lejos como está el oriente del occidente así hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones”

  1. Prepárate, hoy es el día para sacar la basura, y no vuelvas por ella.
  2. Confesar al Señor tus pecados es la clave para abrir la puerta del perdón.

HG/MD

“Volverá a compadecerse de nosotros. Pisoteará nuestras iniquidades y echará nuestros pecados en las profundidades del mar” (Miqueas 7:19).