Lectura:1 Corintios 15:50-58
Desde mi niñez he disfrutado mucho de las series de acción y de los dibujos animados, donde los héroes siempre enfrentan a los villanos. En la mayoría de los capítulos al inicio todo parece sencillo y con un desenlace natural e incluso esperable, pero conforme avanza la historia las cosas se complican y parece que todo está perdido; entonces, en ese momento aparecen las palabras: “Continuará…”.
El apóstol Pablo sabía de primera mano lo que era estar en situaciones complicadas. Pasó por la cárcel, lo azotaron, lo apedrearon; incluso sufrió un naufragio mientras era llevado a una audiencia con el Cesar en Roma.
Sin duda, él entendía que moriría algún día, pero tomaba cada día como si ese fuera el final de la historia. Por esta razón, a los seguidores de Jesús en Corinto les escribió lo siguiente: “Y cuando esto corruptible se vista de incorrupción y esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: ¡Sorbida es la muerte en victoria!” (1 Corintios 15:54).
La pasión que inspiraba a Pablo era comunicar a los demás que Jesús, el Salvador, entregó su vida en la cruz para que, al poner la fe en Él, seamos perdonados de todos nuestros pecados y tengamos vida eterna.
- Como creyentes no debemos estar preocupados por nuestro futuro, nuestra historia no terminará con la muerte ya que nuestra vida eterna continuará… en la presencia de nuestro Señor.
- Que nuestra pasión al igual que la del apóstol Pablo, sea comunicar las buenas nuevas a otros.
HG/MD
“Y cuando esto corruptible se vista de incorrupción y esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: ¡Sorbida es la muerte en victoria!” (1 Corintios 15:54).
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