Lectura: 1 Samuel 12:19-25
En algún momento de nuestra vida, la mayoría de nosotros ha querido tanto algo, y a pesar de saber que está mal, no paramos hasta conseguirlo. También es verdad que luego de ello, al darte cuenta de tu error te sientes apenado por tu necedad y estupidez.
También existen las personas a quienes no les importa haber hecho algo incorrecto, son insensibles y se resignan literalmente a aceptar los resultados de su equivocación. No obstante, hay otra opción.
Al leer nuestra lectura devocional nos encontramos con una decisión que tomó el pueblo de Israel, ellos querían tener un rey humano al igual que las otras naciones, y a pesar de las advertencias dadas por el profeta Samuel (1 Samuel 8:4-9), siguieron insistiendo y como resultado Dios les permitió tener lo que querían.
Cuando se dieron cuenta del error, pidieron la ayuda de Samuel para que orara por ellos (1 Samuel 12:19), a lo que el profeta contestó: “No teman. Ustedes han cometido todo este mal; pero con todo, no se aparten de en pos del Señor, sino sirvan al Señor con todo su corazón” (v.12:20).
No puedes cambiar el ayer, pero lo que si puedes hacer es actuar hoy para tener un mejor futuro. Samuel accedió a orar por ellos y enseñarles la forma correcta de actuar y les aconsejó lo siguiente: “Solamente teman al Señor y sírvanle con fidelidad y con todo su corazón, considerando cuán grandes cosas él ha hecho por ustedes” (v.12:24).
- Todos cometemos errores, pero lo peor que puedes hacer es insistir en ellos, pide a Dios sabiduría para aprender la lección, pide perdón si es necesario, restaura lo que puedas y sigue adelante.
- No te apartes de Dios, por el contrario, búscalo, siempre está al alcance de una oración.
HG/MD
“Solamente teman al Señor y sírvanle con fidelidad y con todo su corazón, considerando cuán grandes cosas él ha hecho por ustedes” (1 Samuel 12:24).