Lectura: 1 Timoteo 1:12-20
A un joven quien tan sólo tenía dos años en su relación con Dios, le pidieron que compartiera su testimonio en una actividad juvenil. Por supuesto estaba muy nervioso, pero uno de los líderes del grupo de jóvenes de su iglesia, le explicó una simple fórmula para compartir el testimonio.
Primero comparte cómo era tu vida antes de conocer a Jesús, luego comparte cómo fue ese encuentro con Jesús y para finalizar habla acerca de los cambios que has sentido en tu vida y qué cosas nuevas has aprendido desde ese instante.
Después de hablar, algunos de los jóvenes se le acercaron y dijeron: “Fue la reunión más interesante de las que hemos tenido, yo realmente no sabía quién es Jesús y lo que puede hacer”. El joven se asombró de que Dios pudiera usar su sencilla historia.
El apóstol Pablo también motivó a su discípulo Timoteo a continuar predicando el evangelio y lo que había hecho en su vida (1 Timoteo 1:1-11); asimismo, aprovechó para volver a compartir su testimonio personal para alentar al joven Timoteo (1 Timoteo 1:12-16). Habló de su vida antes de Cristo, y de la misericordia de Dios, ya que se había burlado del Señor. Luego habló sobre cómo lo había cambiado su encuentro con Jesús. Finalmente, compartió sobre cómo lo estaba utilizando Dios y cómo le había encomendado hacer Su obra, y no sólo eso, también cómo lo había capacitado para realizarla (1 Timoteo 1:12). El apóstol se consideraba el mayor pecador, pero Dios lo había salvado (1 Timoteo 1:15).
Esto es lo que Pablo quería que entendiera Timoteo, que era muy sencillo compartir su testimonio; nosotros también tenemos que comprenderlo y hacerlo. En el testimonio del apóstol, observamos la misericordia de Dios. Si Él pudo utilizar y salvar a alguien como Pablo, puede hacer lo mismo con nosotros. Nadie está fuera de su alcance.
- La historia de la obra que el Señor ha hecho en tu vida, puede animar a otros a entregar su vida a Jesús.
- Tú también puedes compartir con las personas a tu alrededor que el Dios de la Biblia sigue estando vivo y activo.
HG/MD
“Hablarán de la fuerza de tus portentos, y contaré tu grandeza” (Salmos 145:6).
0 comentarios