Lectura: Mateo 3:13-17, Marcos 1:9-11, Lucas 3:21-23

Un día Jesús el carpintero de Nazaret va a visitar a su primo Juan que está bautizando en el río Jordán. Jesús decide y revela que su próximo paso de fe es ser bautizado por Juan, quien al principio estaba reacio y dijo: “Yo soy el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?”, Juan obviamente se sintió incómodo de bautizar a Jesús, Él no tenía nada de que arrepentirse y había vivido una vida en perfecta obediencia al Padre.

Jesús insiste en que esto es necesario, ser bautizado por Juan para “cumplir con lo que es justo”. Juan entonces consiente en bautizarlo. Luego que Jesús fue bautizado, el sale del agua y se escucha desde el cielo “Tú eres mi Hijo amado, estoy muy complacido contigo”. Lucas 3:21.

Podemos quizás imaginarnos, que tal vez Jesús le estaba preguntando a Dios el Padre que le confirmara su verdadera identidad. O tal vez estaba diciendo: ¿Verdaderamente me amas? ¿Estás complacido conmigo?”

Por supuesto, no sabemos sobre que estaba orando Jesús, pero lo que sí sabemos es que los cielos se abrieron y el Espíritu de Dios descendió sobre Jesús en forma de paloma. El Padre le dice las palabras que todo hijo quiere escuchar “Tú eres mi Hijo amado, estoy muy complacido contigo”. ¿Has escuchado a Dios decirte estas palabras? Si no, toma un momento y ten en cuenta lo que Dios ha dicho a aquellos que han aceptado a Jesús como su Mesías.  “¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él. Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de ser.  Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. Todo el que tiene esta esperanza en Cristo, se purifica a sí mismo, así como él es puro”-1 Juan 3:1-3.

  1. Reflexiona en las palabras de Dios Padre para ti hoy. Si has aceptado Su regalo de Salvación, Dios te ama, tú eres Su hijo y Él está complacido contigo porque pones tu fe y confianza en Jesús como tu Mesías.
  1. Pero, si aún no has tomado la decisión de aceptar el regalo de salvación que te ofrece Dios, hoy puede ser el día, en podrás llamar a Dios Padre y que Él te diga: Mi hijo(a) amado(a). “Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su nombre, les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios” – Juan 1:12 (RVC)

SL/ME

Jesús: El Hijo Amado.  “Tú eres mi Hijo amado, estoy muy complacido contigo.” –Marcos 1:11

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic