Lectura: Mateo 1:18-25
A pesar de que millones de personas celebran el nacimiento de Jesús, muy pocas están conscientes de su verdadero significado y sus implicaciones.
En primera instancia recordemos que las situaciones en torno a su gestación fueron ya de por sí increíbles e inusitadas, ya que nació de una virgen, algo que nunca había sucedido ni volverá a suceder. Su vida también fue muy singular por así decirlo, ya que Él fue única persona que nunca pecó en toda su existencia entre nosotros y su muerte tampoco fue “normal”, ya que murió acusado de un crimen que no cometió, más sin embargo su muerte era necesaria con tal de cumplir Su plan.
El Señor vino con una misión muy clara a este mundo, convertirse en nuestro Señor y Salvador. Él mismo afirmó que había: “venido a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10). ¿Y quiénes eran los perdidos? La Palabra de Dios nos dice que: “todos pecamos” (Romanos 3:23; 6:23).
Vino a este mundo sin la obligación de hacerlo, y estando entre nosotros vivió una vida santa y perfecta, para servirnos como ejemplo. Y enfrentó la muerte que todos debimos hacer sufrido. Ese es el significado de la Navidad, que Jesús nació para morir: “Porque Cristo también padeció una vez para siempre por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios; siendo a la verdad muerto en la carne pero vivificado en el espíritu” (1 Pedro 3:18).
Ya vimos la razón y ahora veremos las implicaciones. Al nacer de nuevo, nos convertimos en sus siervos, “Y cualquiera que no toma su propia cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo” (Lucas 14:27), esto implica que debemos imitarlo en Su carácter y prioridades, y no se queda ahí, pues nos hace un llamado a ser separados para Él: “Sean santos porque yo soy santo” (1 Pedro 1:16). Y aún hay más, nos insta compartir su palabra con aquellos que no han oído y ser edificadores de otros creyentes: “Predica la palabra; mantente dispuesto a tiempo y fuera de tiempo; convence, reprende y exhorta con toda paciencia y enseñanza” (2 Timoteo 4:2).
- Si este día es la primera vez que has entendido el verdadero significado que tuvo el nacimiento del Señor, esta será la mejor noche buena de tu vida, porque has encontrado el mejor regalo: a Jesús.
- Si nunca habías pensado en las implicaciones de ser un seguidor de Cristo, te desafiamos a des los siguientes pasos para que te conviertas en un verdadero discípulo de Jesús con todas sus implicaciones.
- Jesús es mejor regalo de Dios. Debes aceptar las implicaciones de seguirlo, este debe ser uno de nuestros regalos para Él.
HG/MD
“Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10).