Lectura: Proverbios 10:1-17
Corrían los años de 1850’s cuando un ranchero de Texas llamado Samuel Augustud Maverick, hizo algo que para su tiempo era inesperado, este hombre se negó a marcar el ganado con un hierro caliente y lo dejó vagar libremente. Así que cuando un granjero encontraba un becerro sin marca lo llamaban “Maverick”, así fue como en la cultura estadounidense se acuñó ese término para referirse a personas con posturas independientes y disconformes.
Otros nombres han llegado a asociarse con el carácter y la conducta de una persona, por ejemplo: Salomón a sabio, Einstein a un genio, Cesar con dictadores y Judas se asocia con traidor.
Pocos nombres llegan a adoptarse como parte de una cultura o una representación significativa de un acontecimiento y se convierten en leyenda. Salomón dijo lo siguiente con respecto a esa situación: “La memoria del justo será bendita, pero el nombre de los impíos se pudrirá. El sabio de corazón aceptará los mandamientos, pero el de labios insensatos será arruinado. El que camina en integridad anda confiado, pero el que pervierte sus caminos será descubierto”. (Prov.10:7-9).
Cuando pensamos en alguien a quien conocemos y admiramos, por lo general asociamos palabras de elogio y rasgos de carácter que también nos gustaría tener; por lo general la honestidad, generosidad y el amor encabezan esa lista. Estos rasgos y muchos más, son los que caracterizaron a nuestro Señor en su ministerio terrenal, es por ello que cuando escuchamos su nombre, inmediatamente lo asociamos con las maravillosas cualidades divinas, las cuales debemos imitar tal como nos lo indica el apóstol Pablo: “Sean ustedes imitadores de mí; así como yo lo soy de Cristo” (1 Corintios 11:1); seamos diferentes al mundo, marquemos diferencia.
- El Señor desea que seas un fiel representante de su carácter.
- Cuando los demás piensan en ti, deberían pensar en las cualidades de nuestro Señor.
HG/MD
“El que camina en integridad anda confiado, pero el que pervierte sus caminos será descubierto.” (Proverbios 10:9)