Lectura: Joel 2:1-17

 Estaba disfrutando mucho de camino hacia la costa; el día estaba totalmente soleado, corría un viento que refrescaba todo, el paisaje era esplendoroso y sobre todo estaba al lado de mis seres queridos.

Me sentía tan feliz que no alcancé a ver una pequeña luz en el panel de instrumentos de mí vehículo, la luz iluminaba las palabras: “Chequear motor” sobre una imagen de motor, en algún momento la vi, pero me dije: ya habrá tiempo de llevarlo al mecánico cuando vuelva a casa.

No obstante, a la mañana siguiente, cuando di vuelta a la llave para encender el automóvil no arrancó.  Mi primera reacción fue de frustración porque sabía que esto significaría dinero, tiempo e incomodidad. Lo que se me ocurrió luego tuvo que ver más con una determinación: Tengo que prestarle atención a las luces de advertencia que están tratando de captar mi atención, pueden significar que algo en verdad anda mal.

En el libro de Joel 2:12-17, que leímos en nuestra lectura devocional, Dios usó al profeta Joel para instar a su pueblo a prestar atención a la luz de advertencia en su panel espiritual.

La prosperidad había hecho que Israel se volviera complaciente y negligente en su compromiso con el Señor. Su fe se había degenerado en un formalismo vacío, y la vida de los israelitas había caído en la bancarrota moral. Así que, Dios envió una plaga de langostas para arruinar las cosechas y captar la atención de su pueblo, con lo cual hizo que cambiara su comportamiento y se volviera a Él de todo corazón.

  1. Además de la multitud de luces que vemos en estas fechas, ¿qué luces de advertencia se encienden en tu vida?
  2. Estas épocas navideñas y de inicio de año a menudo presentan buenos momentos para hacer un alto en el camino y preguntarte: ¿Qué tengo que afinar o reparar por medio de la confesión y el arrepentimiento?

HG/MD

“Desgarren su corazón y no sus vestidos. Vuelvan al Señor, su Dios, porque él es clemente y compasivo, lento para la ira, grande en misericordia y desiste del castigo.” (Joel 2:13).