Tecnología
NOTA: Offline es una palabra inglesa que hace referencia a estar desconectados de internet. Es el antónimo de online que significa “en línea”.
Nuestro mundo ha sufrido bastantes cambios, y dentro de esos cambios está la tecnología de la cual (de una forma u otra) todos hoy somos partícipes. De forma activa o pasiva, todos usamos la tecnología a diario. Nadie escapa de ella. Para nadie es un secreto que el medio tecnológico más utilizado por todos nosotros es la internet. La misma se ha convertido en el medio de comunicación más masivo de todos los tiempos. Pero al pasar el tiempo la internet se ha convertido en una herramienta multiuso. Unos la usan para bien, aunque otros para mal.
Pero independientemente de todo, nosotros como cristianos estamos llamados a hacer todo para la gloria de Dios (1 Corintios 10:31). Por lo tanto, el uso de internet no queda excluido de todo eso que debemos hacer para agradarle. Y sí, muchos cristianos parecen estarla usando para la gloria de Dios. Cuando están online muestran que son personas muy espirituales. Personas que sí agradan a Dios. Pero, ¿qué de sus vidas offline?
Cuando estás detrás de una pantalla es fácil decir “soy cristiano”. Es fácil compartir citas de predicadores donde solo tengo que presionar unos botones y hacer unos clic y ¡listo! Todo es fácil y sencillo. Pero, no debemos olvidar que nuestro llamado principal no es online sino offline. Cuando nos desconectamos es que entonces hacemos conexión con el mundo real; ahí sufrimos en carne propia los mayores desafíos y tentaciones. Es allí (offline) donde predicar no es tan sencillo como hacer clic. Cuando estamos offline es que estamos en la peor lucha de todos los tiempos contra nosotros mismos. Cuando pasamos más tiempo online del que deberíamos enfrentamos distintos problemas. Me enfocaré en tres: La hipocresía, la vanagloria y las tentaciones.
La hipocresía (Mateo 15:7,8)
Predicar y compartir pensamientos del modo online no es malo. Yo también lo hago (incluso, cuando escribí este artículo). El problema está cuando solo lo hago en internet y no reflejo lo mismo fuera de ella. Mostrar algo cuando estoy online y otra cosa cuando estoy offline es ser hipócrita y la Biblia enseña que eso es pecado y todo sabemos que esto no debe de ser parte de la vida de alguien quien profesa ser cristiano y seguidor de Jesús. Cuando mostramos una personalidad irreal en internet, estamos fingiendo y engañando a nuestro prójimo. Debemos procurar tener la misma vida offline que tenemos online. En otras palabras, ser transparentes y mostrarnos como somos en todo lugar y ocasión. Incluso, si tu vida offline es mejor y más santa que tu vida online, pues mucho mejor.
Todos estamos propensos a caer en la hipocresía. Mucho más si no estamos mirando a los ojos a las personas con la cual interactuamos. Por esta razón, debemos tener cuidado y tener presente que nuestro Padre Celestial quiere que imitemos a Jesús, y sabemos que Él nunca engañó, ¿o sí?
La vanagloria (1 Juan 2:16)
Muchos de los que están haciendo un trabajo para Dios en las redes sociales e internet realmente no quieren exaltarle a Él aunque así lo quieran aparentar. No basta con decir “Soli Deo Gloria” al final de cada servicio a Dios. Darle gloria es más que eso. A pesar de que el mensaje y contenido que muchos ofrecen es acerca de Dios y Su palabra, realmente solo quieren ser alagados y leer a otros diciendo cosas como: “Dios usa a Carlos” “Carlos es un gran hombre de Dios” “Carlos sabe mucho”. Y realmente, eso es un problema e incluso, un pecado. No estamos llamados a exaltarnos a nosotros mismo sino a nuestro Dios creador de todo. Él es quien merece la gloria. Debemos compartir verdades en internet aunque solo lo vea una persona. Aunque no obtengamos nada.
No se trata de que alguien diseñe citas de cosas que yo dije, o donde aparezca mi nombre y vean que yo sí sé mucho. Este no es el objetivo, los nombres no son importantes en el evangelio. Solo hay un nombre importante y es el de Jesús. Si das el mensaje anónimamente no importa, si Dios está siendo anunciado.
Las tentaciones (2 Timoteo 2:22)
En el mundo offline somos tentados de muchas maneras. Pero te aseguro que no más fácil que cuando estás online. Caer en tentación en el mundo real es más difícil porque necesitas tomar una serie de decisiones para llegar a realizar el pecado (a excepción de algunos). Pero, cuando estás online no necesitas más que hacer unos clic y ¡listo! Ya no necesitas ir a páginas específicas para encontrar el pecado. Ahora todo está inundado de anuncios con doble sentido, imágenes con contenido explícito y demás. ¿La solución es cortar tu internet definitivamente? No lo creo. Al menos no es lo que dice Marcos 7:21.
El problema no radica en tu computador. El problema radica en ti, en tu perverso corazón. De modo que si no tuvieras internet, estoy seguro que buscarías otra forma de pecar. Y es que, ¡Necesitamos desesperadamente a Dios! Aferrarse a Dios en este mundo tecnológico no es una opción sino la opción.
Conclusión
La vida online nunca será mejor que la vida offline aunque así pueda parecer. La predicación detrás de una pantalla nunca sustituirá la predicación personal. No es lo mismo imaginarte la cara de alguien cuando lee algo que escribes que ver con tus propios ojos los sentimientos expresados de la persona a quien tienes en frente. El objetivo es que, tu vida offline sea llevada al modo online. Que lo que vivas en carne y hueso, sea lo que luego compartas en internet. Que si soy muy educado y amoroso al responder comentarios en cualquier red social, también sea amoroso con mi esposa o mi vecino al hablarle. Que si puedo compartir algo que me gustó en cualquier red social, también pueda compartir versículos que me impactaron y edificaron con mi prójimo. No dejes de hacer tu trabajo en el gran campo de la internet, pero tampoco y mucho más importante, dejes de hacer tu trabajo en tu alrededor y para con tu prójimo. Que tu vida dentro y fuera de internet sea la misma y al fin de todo, ¡que Dios sea glorificado!
Fuente: https://somossoldados.org/