Lectura: Hebreos 1:1-14

En julio del año 2000, los titulares de muchos periódicos afirmaron: “Físicos dirigidos por Martin Lewis Perl, encontraron la pieza que faltaba del rompecabezas universal”.  Al hacer esto se referían al descubrimiento del “tau neutrino”, que se trata de una partícula elemental que pertenece al grupo de los leptones.

Phillip Schewe, del Instituto Americano de Física, lo expresaba de la siguiente manera: “Es como encontrar la Z en el alfabeto de las partículas fundamentales.  Este descubrimiento no salva vidas, ni llena estómagos, pero si investiga las estructuras más fundamentales… de las cuales se hace todo, incluyéndonos a nosotros”.

Este descubrimiento de la ciencia fue muy importante, ya que es una de las partículas más pequeñas que el ser humano ha descubierto.  Pero, es aún más sorprendente poder llegar a conocer al Diseñador del universo, el Creador de esos diminutas “tau neutrinos” y quien es la razón por la cual se mantienen unidas.  En Colosenses 1:17 leemos lo siguiente: “Él antecede a todas las cosas, y en él todas las cosas subsisten”.  Un erudito bíblico define subsistencia de la siguiente forma: “es el principio de la cohesión”, y agrega que Jesús hace que en el universo exista un planeta llamado tierra, en el cual nosotros podemos existir gracias a Su misericordia.

  1. Jesús es más vital para nuestra existencia que el “tau neutrino”.  Nos brinda alimento espiritual y físico, nos salva del pecado y protege del mal, Él pone orden a nuestro caos interno.  Es por ello que debemos adorar a Aquel que lo sostiene todo.
  2. Cuando parezca que tu mundo se va a derrumbar, mira a Jesús, quien lo sostiene todo.

HG/MD

“Él antecede a todas las cosas, y en él todas las cosas subsisten” (Colosenses 1:17).