Lectura: Josué 4:1-9
Sin duda mi vieja Biblia no está en la condición física que estaba hace algunos años, sus páginas están desgastadas y su canto dorado ha perdido el color, esto debido al uso y al paso del tiempo; más sin lugar a dudas a pesar de su condición de deterioro, tiene más carácter que cualquiera de los libros de mi Biblioteca.
La mayoría de personas que llevamos a nuestro haber una buena cantidad de años caminando con Dios, tenemos una Biblia en esas condiciones, la cual a pesar de su estado puede hacernos recordar muchos pasajes que fueron impactantes en nuestros días de juventud, y que dieron lugar a algunas anotaciones en papeles ya amarillentos, con frases como las siguientes: “Este libro te alejará del pecado o el pecado te alejará de este libro” (refiriéndose a la Biblia), u otra que dice: “La voluntad de Dios es también mi voluntad. Cualquier cosa que me diga que haga, la haré”. ¡Cuán maravillosos pensamientos de tiempos ya pasados, que tuvieron un motivo y una razón de ser: nuestra relación con Dios!
El pueblo de Israel en los días de Josué, colocaron “piedras conmemorativas” junto al río Jordán. El propósito de estas piedras era recordarle a las futuras generaciones, la extraordinaria providencia de Dios al sacarles de tierras de Egipto y llevarlos a Tierra Prometida.
Al igual que esas piedras conmemorativas, las declaraciones que vimos anteriormente, pueden ser instrumentos para que recordemos importantes verdades de la Palabra de Dios. Es una buena costumbre escribir, en diferentes tiempos de nuestra vida, pensamientos con respecto a nuestro andar con Dios; ahora no sólo tenemos papeles, en la actualidad contamos con diferentes medios computadoras, tabletas, teléfonos inteligentes, blogs, etc. para anotar esas verdades que Dios nos va revelando en nuestro andar con Él. En un futuro, estas anotaciones nos podrán recordar nuestro andar con Dios.
Hace un tiempo, uno de los jóvenes de la iglesia me contó sobre unas peticiones que había escrito hacía ya algunos años, las cuales tiempo después volvió a recordar, y al verlas se sorprendió, con lo simples y hasta egoístas que eran; ahora tenía un mejor entendimiento y agradecía a Dios por su crecimiento.
- Nunca olvides las grandes verdades que has descubierto de Dios a través de los años, y que te llevaron a un mejor entendimiento sobre quién es Dios y quién eres para Él.
- La Palabra de Dios, es el mapa de ruta que nos ayuda a encontrar nuestro destino.
HG/MD
“Solamente guárdate y guarda diligentemente tu alma, no sea que te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni que se aparten de tu corazón durante todos los días de tu vida. Las enseñarás a tus hijos y a los hijos de tus hijos.” (Deuteronomio 4:9).