Lectura: Salmos 107:1-9
El negocio de Esteban, es muy particular, se dedica a la reparación, pero su ámbito de acción no se limita a reparar electrodomésticos, a él también le gusta ayudar a reparar vidas.
En la entrada de su negocio colocó dos rótulos, uno de reparación de electrodomésticos de todo tipo y el otro dice: “Biblias gratis adentro”.
A lo largo de su vida Esteban ha reparado miles de cosas, y también ha regalado miles de Biblias a sus clientes y curiosos. Esta es su manera de agradecer de corazón que el Señor haya reparado su vida, luego de haber sido víctima de las drogas. En su testimonio él indica que, si Dios no lo hubiera rescatado, en este momento estaría muerto. El Señor con sus hábiles manos reparó y reconstruyó su vida, brindándole un nuevo comienzo.
Todo testimonio de la obra de Dios en la vida de una persona empieza con un rescate y posteriormente una reparación, es por ello que muchos han encontrado en el Salmo 107:1, una forma en la cual expresarle su agradecimiento a Dios: “¡Alaben al Señor, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia!”.
Ya sea que tu encuentro con Jesús haya sido dramático o no, la misma realidad nos afecta a todos los que habitamos en este mundo: “Él nos ha librado de la autoridad de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su Hijo amado” (Colosenses 1:13).
- Debido a que hemos sido redimidos y reparados, compartamos esas buenas nuevas con otros; también en la medida de lo posible tratemos de reparar relaciones y daños ocasionados por nuestras acciones.
- La mejor manera de agradecerle a Dios por habernos salvado es obedecerle, aprender cada día más de él y compartir nuestro testimonio.
HG/MD
“¡Alaben al Señor, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia!” (Salmo 107:1).