Lectura: Romanos 4:1-11

Gracia, misericordia y paz son las tres hermanas de la salvación.  En estas tres palabras, tenemos el evangelio en forma de cápsulas.  Ellas sintetizan completamente la salvación en Jesucristo.

La gracia es el fundamento de nuestra redención, la misericordia es la manifestación de nuestra redención, y la paz es la consumación de nuestra salvación.

La gracia señala al pasado, nuestra salvación se remonta hasta “antes de la fundación del mundo” (Efesios 1:4).  La misericordia habla del día a día, del amor de Cristo que nos cubre en todo momento. Y la paz es la consumación de la salvación, ya que hace que nuestro futuro sea seguro.

La gracia es recibir lo que no merecemos. La misericordia es no estar recibiendo lo que merecemos. Merecemos ir al infierno, sino fuera por Su misericordia, ese sería nuestro destino. No merecemos ir al cielo,  sino que por la gracia divina, pasaremos la eternidad allí.  Gracia justifica. La misericordia nos condona la pena.  La gracia nos admite a los cielos.  Misericordia nos salva del infierno.  La muerte de Cristo fue suficiente para perdonarnos por Su misericordia, pero se necesitó de la resurrección para efectuar completamente nuestra justificación.  “Él fue entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación.” (Rom. 4:25).

Y ahora, por la fe: “tenemos paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros.” (Romanos 5:1).

1. Si aún no te has acercado al Señor, inicia conociendo a estas 3 hermanas de la Salvación: Gracia, misericordia y paz, de seguro no te arrepentirás.

2. Ninguno vive tan serena, tan gratamente, y tan triunfalmente como aquellos que caminan por la fe.

NPD/MDH