Lectura: Jeremías 15:15-21

Muchos estadounidenses le dan la bienvenida al nuevo año con un platillo de guisantes verdes con cerdo o guisantes negros (que simbolizan monedas) y arroz frecuentemente servido con col u otras verduras verdes cocidas (ya que son del color del dinero) y pan de maíz (el color del oro). Muchos mexicanos y centroamericanos comen tamales, que son un alimento cuya base es la masa de maíz, a la cual se le rellena de carne, queso y otras deliciosas adiciones y comúnmente están envueltos en una hoja de plátano u hojas de maíz.  Además es común el consumo de romeritos y la tradicional rosca de reyes.

Los italianos comen un cotechino con lenticchie, que es un estofado de salchichas y lentejas.  En Alemania y Austria comúnmente se comparte en familia un ponche de vino tinto con canela y especias, comen lechón para la cena y decoran la mesa con cerdos pequeños hechos de mazapán, llamados marzipanschwein.  Los japoneses comen largos fideos de trigo.  Los griegos hornean un pan especial. En España,  se acostumbra comer 12 uvas individuales en las primeras doce campanadas del año nuevo.

Los antropólogos dicen que el consumo de alimentos especiales en ciertas fechas con fines de obtener buena fortuna, era ya popular en la antigua Mesopotamia.

El profeta Jeremías no estaba buscando buena suerte. Como portavoz de Dios en un momento difícil de la historia de Israel, sufrió el rechazo y la persecución. Sin embargo, la Palabra de Dios producía una profunda alegría en su corazón. La cual es obvia en la siguiente declaración, al decirle a Dios: “Cuando descubrí tus palabras las devoré; son mi gozo y la delicia de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales.” (Jer. 15:16).

Por supuesto sabemos que comer cierto tipo de comida no va a influir en nuestro futuro.  Pero si hacemos que la Palabra de Dios sea parte de nuestra “dieta” diaria, y la “consumimos” través de la lectura, el estudio, la memorización y aplicación de ella a nuestra vida, esto SÍ hará una GRAN diferencia. La Biblia es alimento para el pensamiento y es el mejor alimento para dar inicio de buena forma el nuevo año y que se convierta en un buen hábito para nuestras vidas.

1.  Lee diariamente una porción de la Biblia, habla con Dios, congrégate con otros que quieran aprender más de Dios y aplica los principios bíblicos a tu vida diaria.
2. La Biblia es pan para el uso diario, y no pastel para ocasiones especiales.

NPD/DCM