Lectura: Hebreos 13:7-21

Una madre y su hija paseaban por el centro de la ciudad, entonces decidieron entrar en una de esas tiendas de abalorios donde tienen una infinidad de cosas para ver; estando allí resolvieron comprar unos pequeños aretes y una diadema color oro con reflejos.

Al regresar a la casa se dieron cuenta de que, por error se habían llevado un par de aretes más que venían enredados con los que habían comprado.  La madre pensó en pagar el par adicional la mañana siguiente, pero después de meditarlo un momento le dijo a su hija: “Es mejor que regresemos a esa tienda, después de todo no está lejos de aquí, y no quiero que la dependiente crea que somos personas deshonestas”.  Así que salieron, y al poco tiempo llegaron a la tienda y devolvieron la pieza que no era suya.

Una semana después se enteraron que alguien había robado cosas de la tienda, y cuando la policía determinó el momento en que había ocurrido el robo, solamente habían estado allí dos personas, una de ellas había sido la mujer con su hija, y la otra, una mujer joven.  El dueño de la tienda de inmediato descartó a la mujer con su hija, diciéndole a la policía: “esa mujer con su hija no puede ser, es muy honesta, precisamente ese día vino a la tienda con su hija para devolverme un artículo muy barato que se había llevado por equivocación”.

Por este motivo la policía se enfocó en la otra mujer, y al poco tiempo después de iniciada la indagación, la arrestaron.  Finalmente, se determinó que no solamente había robado en aquella tienda, sino que gracias al descarte que había hecho el dueño, el trabajo de investigación había sido muy sencillo y rápido.

El acto de honestidad causó una fuerte impresión en aquel dueño de tienda; y seguramente también en la vida de la pequeña niña.

  1. ¿Tu andar en Cristo concuerda y refleja lo que dices creer?  ¿Es cuestionable tu honestidad?
  2. Recuerda, siempre estás siendo observado por muchas personas quienes determinarán por tus acciones, la clase de persona que eres, y además en este caso, la clase de creyente que reflejas ser.

HG/MD

“Oren por nosotros, pues confiamos que tenemos buena conciencia y deseamos conducirnos bien en todo” (Hebreos 13:18).