Lectura: Hebreos 11:32-40

Ellos nunca serán aplaudidos públicamente. Sólo un puñado de personas podrá elogiarlos. De hecho, pueden ser criticados y dados de baja como tontos o incluso como débiles mentales. Sin embargo, son los héroes anónimos que sirven como la sal que salva a la sociedad de la corrupción total.

Estas personas son difíciles de identificar y de seguro que no obtendrán cobertura de la televisión, mas deberían estar en el salón de la fama de la humanidad. Algunas de esas personas hasta son calumniadas e incomprendidas, y se niegan a desanimarse o defenderse.  Otras de las características especiales en estas personas es que soportan las amargas decepciones de la vida, y aun así perseveran alabando a Dios como el Dador de todos los dones.

Dios tiene muchos héroes que son no reconocidos en la tierra. Hebreos 11:35-40 enumera algunos de estos héroes no identificados. El autor no da sus nombres, pero sí estarán registrados individualmente en el libro de la vida ( Fil. 4:3).

Tal vez no estemos llamados a pasar nuestros días en el servicio sacrificial o para sufrir el martirio valiente. Sin embargo, en nuestros lugares de responsabilidad podemos optar por ser fieles seguidores de Cristo. Es posible que no escuches el aplauso de este mundo, pero algún día serás recompensado en el cielo.

1. No mires a la gente alrededor de ti, tampoco esperes los laureles de alabanza.  Basta que el Salvador te haya encontrado y te haya enseñado a servirle a Él a todos tus días.

2. Tu nombre en el cielo, no se basa en tu fama en la tierra.

NPD/VCG