Lectura: Colosenses 3:12-17

El latín es una lengua muerta, pues prácticamente nadie la usa.  No obstante, hace algún tiempo, en las escuelas secundarias de algunos países, era enseñada como una asignatura optativa.  Sin embargo, ahora es raro encontrar a alguien que hable latín, con la excepción de algunos miembros del clero, a quienes por su formación les ha sido enseñado.  Como muchos, la mayoría conoce algunos términos de uso común tal como: “Anno domini” (que se abrevia A.D., y significa “el año de nuestro Señor”).

Pero, ¿para que puede servirnos a nosotros saber algo de estas lenguas muertas como el latín, el griego, o el hebreo?  Quizás recordar al extraordinario músico alemán Johan Sebastian Bach, nos puede servir de ejemplo; él a menudo escribía al pie de sus manuscritos las letras INDNJC, que representan las palabras latinas “In Nomine Domini Nostri Jesu Christi”, que significa “en el nombre de nuestro Señor Jesucristo”.

La mayoría de nosotros no somos políglotas (no sabe varios idiomas), ni somos genios musicales que con sus notas alegran el alma y corazón.  Más bien, somos personas ordinarias que comúnmente realizamos actividades rutinarias.  Pero, todo lo que hacemos deberíamos hacerlo INDNJC.  Seamos trabajadores de la construcción, amas de casa, abogados, ingenieros, contadores, campesinos, estudiantes o maestros, etc. debemos vivir con una actitud de INDNJC.

Sigamos la instrucción del apóstol Pablo en Colosenses 3:17: “Y todo lo que hagan, sea de palabra o de hecho, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”.

  1. Cuando trabajamos en nombre de Dios, Él recibe toda la gloria.

 

  1. Así que todo cuanto hagamos, debe ser hecho con excelencia y amor para nuestro prójimo y nuestro Señor.

HG/MD

“Y todo lo que hagan, sea de palabra o de hecho, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”. (Colosenses 3:17)