Lectura: Salmo 107:1-2

Estas 7 letras: GRACIAS, le permiten a quien las recibe saber cuánto apreciamos su proceder.  Sobre este tema la escritora Stern, G.B. (1890–1973), dijo lo siguiente: “La gratitud silenciosa no le sirve de nada a nadie”.

Creo que a la mayoría de personas, sus padres y madres les han inculcado algunas lecciones básicas de buena educación, tales como: no interrumpir a alguien cuando está hablando, no prestar atención a una conversación en la que no se está involucrado y hablar solamente cuando sea necesario, y para mostrar agradecimiento decir: Gracias. 

Esta última es una de las lecciones más valiosas que podemos inculcarle a nuestros hijos e hijas, es importantísimo expresar continuamente gratitud los unos por los otros, esta es una sencilla costumbre que puede abrirnos muchas puertas en la vida y que por supuesto mantiene sanas las relaciones.

Es imprescindible ser agradecidos y más en nuestra relación con Dios. Al contar las innumerables bendiciones que recibimos sin merecerlo, es impensable no dar gracias a Dios; cuando recordamos su asombroso regalo de salvación al morir y resucitar para el perdón de nuestros pecados, tan sólo podemos dar gracias al Señor por su amor incompresible.

  1. ¿Rebosa nuestro corazón de asombro y agradecimiento? (Romanos 6:23; 2 Corintios 9:15).
  2. Sentir gratitud y no expresarla es como envolver un regalo y no darlo.  Seamos agradecidos.

HG/MD

“Y la paz de Cristo gobierne en su corazón, pues a ella fueron llamados en un solo cuerpo, y sean agradecidos” (Colosenses 3:15).