Lectura: Salmo 107:1-16

Con la muerte de Steve Jobs en octubre de 2011, uno de los pioneros de la computación y la comunicación digital, más de 1.000.000 de personas en todo el mundo publicaron por Internet tributos en su nombre.

El tema principal de la mayoría de esos posteos fue el impacto que Jobs había producido en ellos. Afirmaban que sus vidas eran distintas gracias a sus innovaciones creativas, y debido a ello querían expresar su aprecio y dolor por su muerte.  En uno de esos posteos que se generalizó,  aparecía en letras grandes: “iSad” o “Estoy Triste” en español, haciendo referencia a sus productos.

Si profundizamos, podemos notar que esa frase está llena de una gratitud impulsada por la expresión de tristeza.  Esto es muy similar a lo que describe el Salmo 107:2 “Díganlo los redimidos del Señor, los que ha redimido del poder del enemigo”.

Este salmo habla de personas con grandes problemas que fueron libradas por Dios. Algunos eran vagabundos y tenían necesidades (Salmos 107:4-5); otros se habían rebelado contra la Palabra del Señor (Salmos 107:10-11); y otros estaban desesperados cuando clamaron a Dios (Salmos 107:26-27). Él los rescató a todos, por lo que repetidamente en este salmo se dice la siguiente frase: “¡Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas para con los hijos del hombre!” (Salmos 107:8, 15, 21, 31).

Cuando consideramos la inmensidad del amor de Dios, su gracia al enviar a Jesucristo a morir por nosotros y resucitar, y todo aquello de lo que nos ha librado, ¡no podemos evitar alabarlo y querer contarles a los demás cómo nos cambió la vida!

  1. Señor, nos alegramos por la salvación que nos brindaste, sabemos que el precio pagado fue inmensamente grande y terrible.
  2. ¡Estamos agradecidos y eso es por ti Señor Jesús!

HG/MD

“¡Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas para con los hijos del hombre!” (Salmos 107:8).