Lectura: Romanos 6:14-23
Generalmente, cuando compramos algún artículo en línea, trascurridos algunos días nos llega un mensaje diciendo: “¿Está satisfecho con su compra?”. Sin embargo, nunca he visto un mensaje en mi correo que pregunte: “¿Eres santo?”. Si te llegara un correo con esta pregunta ¿Cómo responderías?
Un diccionario bíblico define la santidad de la siguiente manera: “separación para Dios y conducta adecuada de aquellos que son separados”. Frederick Buechner (1926-2022) se refirió a la santidad de la siguiente manera: “La santidad no es una cualidad humana en absoluto, como lo es la virtud. […] no es algo que las personas hagan, sino lo que Dios hace en ellas”.
El apóstol Pablo en Romanos 6 nos describe de una forma muy clara el regalo que Dios nos da a través de la fe en Cristo. “Pero ahora, libres del pecado y hechos siervos de Dios, tienen como su recompensa la santificación y, al fin, la vida eterna” (Romanos 6:22).
El camino de la santidad lo construimos diariamente cuando nos sometemos en obediencia al Señor en lugar de seguir nuestros viejos caminos de gratificación personal, entregándonos por completo a la voluntad de Dios.
- Entonces ante la pregunta: ¿Estás volviéndote más santo? La respuesta de un creyente que crece cada día en gracia y el poder de Dios, debería ser la siguiente: “¡Sí! Cada día más”.
- Por la gracia de Dios hemos sido salvados y puestos en el camino de la santificación diaria.
HG/MD
“Pero ahora, libres del pecado y hechos siervos de Dios, tienen como su recompensa la santificación y, al fin, la vida eterna” (Romanos 6:22).
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