Lectura: Filipenses 4:10-13
Estadísticamente es prácticamente imposible sentirse solo en este mundo en el que vivimos, pues compartimos este planeta con 7 675 mil millones de personas y con al menos unas 8.7 millones de especies (animales, hongos, plantas, protozoos, algas y mohos, etc.).
A pesar de ello, muchas personas en nuestro gran mundo se sienten solas. Un hombre que llegó a la centena de años dijo una vez que se sentía mal, pues había vivido más tiempo que todos los parientes y amigos con quienes creció. En su soledad le preguntaba a Dios, por qué le había permitido vivir por tanto tiempo.
Si estás pasando por uno de esos tiempos de soledad, no te sientas mal, todos en algún momento hemos pasado por situaciones semejantes, lo importante es no quedarse en ese valle oscuro y triste, Dios te está animando a salir de ahí; te invitamos a descubrir tres acciones que te pueden ayudar.
- Aprende a contentarte. Lee Filipenses 4:10-13. Luego de esto, pide a Dios que te ayude a comprender que dependes de Él, no ocasionalmente como algunos creen, sino diariamente; aprende a estar contento sin importar la situación, pues Dios está con nosotros siempre.
- Haz el bien a alguien. Ahora lee Hebreos 13:1-3. Siempre existirá alguien a tu alrededor que requiere ayuda, no necesitas buscar mucho; esto ayudará a que la soledad se aleje de ti y de las personas a quienes te acercas.
- Adora a Dios con otras personas. ¿Qué esperas? Lee Hebreos 10:21-25. Es imprescindible adorar a Dios con otros que también aman a Dios, esto ahuyentará la soledad y te dará muchas nuevas oportunidades de ser útil para Él y para otros.
No tienes por qué seguir sintiéndote solo, apóyate en Jesús para que te dé contentamiento, te aliente a ayudar a otros y sientas lo increíble que es adorarle.
- Estas simples acciones cambiarán tu manera de vivir y pensar al entender que en verdad nunca estás solo.
- Mucha gente se siente sola porque construye muros en lugar de puentes.
HG/MD
“Considerémonos los unos a los otros para estimularnos al amor y a las buenas obras” (Hebreos 10:24).