Lectura: Mateo 28:16-20

Parecen ya muy lejanos los tiempos en que los televisores no contaban con controles remotos, y para encenderlos, apagarlos, cambiar de canal, subir el volumen o corregir el color, por ejemplo, había obligatoriamente que levantarse.  Hoy las cosas han cambiado, y gracias a los controles y más actualmente a los mismos teléfonos inteligentes, se puede disfrutar de la TV desde el asiento favorito o el trono de entretenimiento, ver la serie favorita, oír la canción que se desee y hasta navegar en redes sociales.

Algunas personas creen que Jesús es muy parecido a ese control remoto; que dirige a sus seguidores desde un trono lejano.  Pero no hay nada más equivocado que eso, al final de su ministerio terrenal les dijo a sus discípulos para animarlos: “y enseñándoles que guarden todas las cosas que les he mandado. Y he aquí, yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20).

Dios acompaña a sus seguidores, no usa un “control remoto” para dirigirlos a distancia, Él está presente con nosotros por medio del Espíritu Santo; trabajamos para Dios, pero más importante es que Dios trabaja en nosotros.

Gracias Señor porque no sólo estás en tu trono (Apocalipsis 4:1-11), sino que también estas presente por medio del Espíritu Santo que mora en nosotros (1 Corintios 3:16-17).  Además, estás obrando activamente por medio de tus hijos e hijas obedientes (Efesios 2:10).

1. Dios no se ha apartado de nosotros, está siempre presente, por medio de Su Espíritu y a través tuyo.

2.    Dios obra en ti para poder trabajar por medio de ti.

HG/MD

“Y enseñándoles que guarden todas las cosas que les he mandado. Y he aquí, yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20).