Lectura: Salmos 15

Una amiga muy cercana murió inesperadamente del corazón, su vida estuvo una llena de luchas por muchos años en contra de situaciones muy variadas.  Unos días después de su muerte, mi esposa y yo fuimos a una boda.  Cuando los novios estaban intercambiando sus votos, ponderé el asunto de las promesas.  Era hermoso ver la emoción de aquellos jóvenes veinteañeros prometiéndose fidelidad mutua.  Pero era profundo recordar la fidelidad de nuestra amiga recientemente fallecida.   Ella y su esposo mantuvieron sus votos por más de veinte años, en medio de situaciones complicadas y enfermedades.

Lewis Smedes escribió: “Algunas personas todavía hacen promesas y las cumplen.  Al hacerlo, contribuyen a que las vidas de los que los rodean sean más estables y humanas.  El cumplir las promesas es un poderoso recurso de la gracia en una época en que la gente prácticamente no espera que los demás recuerden su palabra y la cumplan.”

El Salmo 15 proclama las cualidades de la persona firme, que honra a Dios y que disfruta la comunión con el Señor que cumple sus promesas (1 Rey.8:56).  Dicha persona cumple sus promesas aunque sea doloroso hacerlo (Salmos 15:4).

  1. Nuestros compromisos más importantes se cumplen en día a la vez: “Sí”; “Lo haré”; “Puedes contar conmigo”. En cada promesa que se hace y se cumple, hay poder.
  1. Cuando des tu palabra, cúmplela.

NPD/DCM