Lectura: Mateo 6:1-8 / 16-18

Normalmente, al hacernos viejos perdemos nuestra prominencia y nuestras posiciones de influencia. Incluso aquellos de nosotros que nunca hemos buscado ser el centro de atención parecemos perdernos cada vez más en las sombras.

Sin embargo, la oscuridad y el anonimato son buenos, por qué es difícil actuar en público sin preguntarnos que impresión estamos causando en los demás. Nos preocupemos en cuanto al grado en que nuestra reputación se ve realzada o dañada. Y allí yace nuestro peligro: perdemos la aprobación de Dios en la medida que buscamos el reconocimiento humano. Por el otro lado, perder la admiración de los hombres y mujeres puede volvernos a buscar solo la aprobación de Dios.

He aquí una prueba para nuestros dones, nuestras oraciones, nuestros ayunos: ¿Están hechos solo para los ojos de Dios? Si es así, aunque los demás nos pasen por alto y no nos noten, tenemos el reconocimiento y la recompensa de nuestro Padre.

Tres veces les repitió Jesús a Sus discípulos: «Tu Padre que ve en lo secreto, re recompensara» (Mateo 6:4,6,18). Esto también es nuestra garantía. Cada regalo de tiempo, energía, y amor desapercibido; cada petición que susurramos a los oídos de nuestro Padre; cada secreto, cada lucha interna contra el pecado y los excesos serán plenamente. Recompensados a su debido tiempo. Al final, Su «Bien, siervo bueno y fiel» es todo lo que importara (Mateo 25:21).

1. ¿Estás buscando activamente formas de servir al Señor? (Consulta a tus líderes para que te orienten)

2. ¿Por qué haces lo que haces?  ¿Para que te vean o para servir?  ¿Necesitas el reconocimiento de otros?  ¿Haces las cosas por amor a Dios o por interés?

NPD/DHR