Lectura: Proverbios 13:10-20
Hace algunos días tuve la oportunidad de visitar uno de los mayores parques nacionales de los Estados Unidos. Mientras estábamos allí, un visitante nos contó que había visto a un par de osos peleando en la ladera de una montaña, en medio de los arbustos que caracterizan ese parque.
Cerca del lugar había un guardaparques para proteger la seguridad de los turistas y la de los animales; entonces ese hombre le preguntó acerca de la razón por la cual creía que estaban peleando, le dijo: ¿Será por alimento? ¿O por un asunto territorial? ¿O, acaso será que estaban de mal humor? Con una sonrisa en el rostro el guardaparques le respondió: “No se preocupe, eso es muy normal y no se harán daño, por cierto, no pelean por ninguna de las razones que me dijo, lo hacen debido a una osa joven”.
El hombre le preguntó: “¿y dónde está la osa?”. A lo que el oficial le respondió: “La osa se fue hace unos 15 minutos”. Finalmente, la razón del conflicto en realidad tampoco era la osa sino cuál de los dos era el más fuerte, y por supuesto superar al más débil.
Si revisamos el motivo de la mayoría de las peleas o conflictos, concluimos que no se dan por un asunto de estrategias o principios, o a causa de la defensa entre el bien y el mal; casi siempre lo que motiva este tipo de situaciones es el orgullo. El libro de los Proverbios hace referencia clara a la raíz del problema: “Ciertamente la soberbia producirá contienda” (Proverbios 13:10). El orgullo, que da como resultado la necesidad de tener razón, querer imponerse o defender nuestro ego, son el combustible para que se produzcan las contiendas.
- La persona realmente sabia es quien recibe consejos; escucha y aprende; es humilde y deja de lado sus ambiciones egoístas; y se deja corregir.
- La sabiduría de Dios infunde paz a quienes la solicitan.
HG/MD
“Ciertamente la soberbia producirá contienda, pero con los que admiten consejo está la sabiduría.” (Proverbios 13:10).
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