Lectura: Hebreos 2:9-18

En ocasiones algunas personas utilizan expresiones de reproche, o que buscan atraer la atención hacia una situación particular por la cual están pasando, por ejemplo: “Tu problema es que has olvidado lo que siente un ser humano”. Y aunque en oportunidades esto puede ser cierto, debido que no tenemos la suficiente sensibilidad y nos volvemos indiferentes ante el dolor ajeno, hay uno que no ha olvidado lo que significa ser humano: Jesús.

En nuestra lectura devocional, podemos palpar la humanidad de nuestro Señor, quien llegó a experimentar alegrías (Lucas 10:21), tristezas (Juan 11:35), padecimientos y hasta incluso experimentó la muerte, esto “para conducir a muchos hijos a la gloria” (Hebreos 2:10).

Durante su estancia entre nosotros, Jesús tuvo un cuerpo como el nuestro: vivió, trabajó y tuvo que superar todos los obstáculos posibles que le plantó el enemigo, Él fue tentado en todo (Hebreos 4:15-16), dicho en otras palabras, nuestro Señor si sabe lo que es ser uno de nosotros.  Y gracias a que llevó una vida sin pecado, pudo ofrecerse a sí mismo como sacrificio perfecto, para llegar a ser nuestro Señor y Salvador (Hebreos 2:17-18).

  1. Todos necesitamos de alguien que sepa lo que es ser un humano, pero que al mismo tiempo tenga el poder necesario para ayudarnos a vencer nuestras debilidades humanas. Jesús es ese Alguien y anhela que le sigas, no lo pienses más.
  2. Nadie te entiende como lo hace Jesús.

HG/MD

“Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia para que alcancemos misericordia y hallemos gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16).