Lectura: Marcos 15:16-21

Ante los ojos de la mayoría de la gente, en esa última semana de su ministerio terrenal, Jesús era un criminal que merecía su muerte, y por lo tanto para cualquiera que quisiera ayudarlo a llevar su cruz, sería un acto vergonzoso y humillante.

Aunque sabemos por el relato que Simón de Cirene fue obligado a ayudarle a Jesús a llevar su cruz (Marcos 15:21), ese quizás fue el momento decisivo para este hombre, el momento en el que efectivamente cargó la cruz de Cristo.  No sabemos lo que pensaba y no se atribuye o registra alguna palabra que saliera de su boca; pero sin duda haber estado al lado de nuestro Señor y haber llevado su cruz, debió haber impactado su vida. Según los padres de la iglesia este Simón era el padre de Rufo y Alejandro, que son personas mencionadas en Romanos 16:13 y Marcos 15:21, pero esta es tan sólo una teoría.

El plan de Dios es perfecto, y sin duda fue su voluntad que ocurrieran estas cosas, que un hombre que volvía del trabajo fuera obligado a llevar la cruz de Cristo.  Este acontecimiento refuerza el principio “…Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.” (Lucas 9:23).  Posiblemente también nosotros seremos ridiculizados y hasta perseguidos por identificarnos con Jesús.  No obstante, a través de ello y al igual que Simón de Cirene, nuestro testimonio será visto por otros y servirá de influencia en la vida de las personas que nos rodean.

  1. Ciertamente Simón fue obligado, más Jesús nos invita a llevar nuestra cruz con la certeza de que Él nos ayudará en el camino. ¿Ya estás llevando tu cruz?
  2. Toma la cruz.

HG/MD

“Decía entonces a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. (Lucas 9:23).