Lectura: Hechos 4:32-37

Cinco amigos decidieron formar hace ya algunos años lo que llamaron el club de las reparaciones.  Tratan de reunirse al menos una vez al mes, y parte de la dinámica es que alguno de ellos lleve un proyecto que no puedan realizar de manera individual. Luego de estar haciendo esta dinámica durante muchos años seguidos, dicen que ahora se sienten como una familia, su lema es: “Funcionará para algún amigo”.

Esta forma de trabajo en equipo, me recuerda a la iglesia primitiva (Hechos 4:32-37), esta época de la historia marcó el inicio de las persecuciones hacia los miembros de la iglesia, es por ello que se pudieron observar muchos ejemplos de apoyo mutuo.

Algunas personas hasta llegaron a vender sus propiedades voluntariamente con el fin de compartir con otros que tenían menos (v.35), hacían esto no porque alguien les estuviera insistiendo o insinuando que recibirían alguna recompensa especial, lo hacían porque amaban a sus hermanos y hermanas en la fe (v.32).

Como creyentes de Jesús, aún continuamos necesitando del apoyo mutuo entre nosotros, nunca sobra una palabra de aliento, o una muestra de cariño por más sencilla que esta sea.  Seguimos necesitando del sabio consejo de otros para tomar decisiones, una recomendación para disciplinar a un hijo rebelde, para recobrar el ánimo o para aceptar el llamado de servicio en la obra del Señor, nunca sobran las oraciones y palabras de aliento para nuestros queridos condiscípulos de Jesús, porque todos de una u otra forma necesitamos que nos ayuden con alguna reparación.

  1. Esta semana tomemos 5 minutos para escribirle o decirle a una persona que la estimamos y queremos orar por ella (Gálatas 5:13).
  2. Los creyentes nos mantenemos fuertes al estar juntos como familia de Dios que somos.

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“Por lo tanto, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe” (Gálatas 6:10).