Lectura: Salmo 40:1-5

Era un día como cualquier otro, Karla caminaba como siempre a su centro educativo de secundaria que se encontraba a 5 minutos de su casa.  Pero, una lluvia repentina la sorprendió y aceleró el paso para no mojarse, tanta era su prisa que sin darse cuenta cruzó el camino y no pudo observar una motocicleta que circulaba raudamente.  El accidente le dañó buena parte del cerebro y como consecuencia perdió la vista, uno de sus brazos sufrió fuertes lesiones y perdió el control de su cuerpo de la cintura hacia abajo.

A pesar de tantas limitaciones, Karla continuó en la secundaría luego de una larga recuperación. En una entrevista de un medio de comunicación local, le preguntaron a su padre: “¿Cómo se las han arreglado Karla y ustedes para manejar esta situación?”

Él respondió: “Con toda sinceridad, la única manera de haber sido capaces de afrontarla es estando cerca de Dios.  Él nos da la fortaleza que necesitamos para continuar adelante”.

La madre de Karla, coincidió con él y agregó: “Durante una etapa de la recuperación, estuvimos tan angustiados que nos preguntábamos mutuamente si en algún momento volveríamos a tener gozo, y el Señor nos sorprendió con su cuidado; poco a poco Él nos suplió las personas y tratamientos que fueron haciendo más llevadera la tremenda carga que tenía Karla, y aunque ella no se recuperó completamente, poco a poco las lágrimas fueron cambiando a sonrisas y nuevas experiencias agradables”.   Finalmente, compartieron que su versículo favorito como familia terminó siendo el Salmo 30:5: “…Por la noche dura el llanto, pero al amanecer vendrá la alegría”.

  1. Talvez estás pasando por un valle de sombra de muerte que te causa tristeza en tu vida, pero puedes estar seguro que si te apoyas en el Señor para salir de ese valle de lágrimas, poco a poco volverán el gozo y la esperanza a tu vida.
  2. Pon tu esperanza en Dios, el amanecer vendrá.

HG/MD

“Porque su ira dura solo un momento, pero su favor dura toda la vida. Por la noche dura el llanto, pero al amanecer vendrá la alegría” (Salmo 30:5