Lectura: Marcos 14:27-42

En la sociedad actual, existen dos factores muy populares entre las personas: el “factor de sentirse bien” y el “factor verse bien”, estos están siendo confundidos, como muestras de éxito en la vida.  Cualquier persona no se sienta o ve sea bien, es a menudo considerada como mediocre, incluso un fracaso.

La iglesia puede fácilmente caer en esta trampa, todo en nombre del anhelo de tener un “buen testimonio” para el Señor. Una mirada más profunda al testimonio de Cristo nos ayudará a entender esto de una mejor forma.

En Marcos 14:27-42, Jesús se acercaba más y más a la muerte expiatoria en el Calvario. Él luchó y ganó la batalla contra la voluntad,  Lucas nos cuenta que “era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra” (Lucas 22:44).  En todo esto, y la terrible agonía de la crucifixión que siguió, Jesús ni se sentía bien, ni se veía bien.  Al contrario, Él era un siervo e hizo el bien eligiendo la voluntad de Su Padre al cumplirla. Su obediencia aquella angustiosa tarde fue seguida por la gozosa resurrección.

¿Puede ser que estás pasando por una situación agónica, en la que no es realista el sentirse o verse bien, y en la que tienes que confiar en tu Padre celestial?  ¡No te desesperes! Valora lo que eres y lo que haces, muestra que eres capaz de renunciar a tus sentimientos o aspiraciones egoístas y abraza Su voluntad. Jesús sabe cómo se siente esto y que en ocasiones puede verse caótico o sin salida. La verdad es esta, al honrar a Dios, finalmente conseguirás victoria y la alegría, quizás no en este mundo, pero sí en el venidero.   “Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Col.3:2 NIV).  Ese sí es un factor muy importante
1. Él conoce tu corazón, ¿tú lo conoces a Él?

2. Dios trae esperanza, cuando no la hay.

NPD/JY