Lectura: Filipenses 2:1-10
Faltaba un día para la navidad y el pastor trabajaba incansablemente en la elaboración del sermón. El pastor buscaba algo nuevo que decir, de pronto, la secretaria llamó a su puerta. Se trataba de Tommy, uno de los niños con trastornos emocionales que vivía en el hogar de niños especiales de la iglesia. Tommy estaba metido debajo de su cama y se rehusaba a salir. El pastor se arrodilló y le habló con amor acerca de los regalos, de los villancicos, del árbol navideño iluminado y de la abundante comida. Sin embargo, nada de aquello parecía funcionar.
Finalmente, el pastor se quitó su saco, y se metió debajo de la cama. Allí permaneció por algunos minutos contemplando con amor aquellos dos enormes ojos azules. El pastor le abrazó y permaneció en silencio junto a él. Al cabo de unos minutos, Tommy respondió al abrazo y al cariño. Poco a poco, Tommy salió de debajo de la cama. Aquella noche Tommy recibió el amor que necesitaba y el pastor ya tenía suficiente material para compartir a la iglesia en la navidad.
En el sermón navideño el pastor contó el incidente de Tommy y lo comparó con la encarnación de Jesús. El pastor terminó su sermón diciendo: «Jesús se humilló al descender a la tierra y al vivir entre nosotros. Al ver esto – nosotros como Tommy – nos atrevimos a estirar la mano y responder a su amor.»
Pregunta ¿Cómo responde usted al amor de Jesús?
Mario Rodríguez – LaBibliaDice.org