Lectura: Hebreos 12:1-5
El barco era considerado como uno de los más estables de su región, pero empezó a hundirse luego de una hora y media de haber zarpado del puerto; iba cargado de vehículos, maquinaria pesada, costales de productos agrícolas, abarrotes y muchos más productos.
Por otra parte, además de la carga, la embarcación llevaba 62 pasajeros a bordo. Pero ¿cuál fue la falla?, ¿qué salió mal? El exceso de carga que llevaba provocó un desequilibrio que posteriormente provocó su hundimiento.
La vida cristiana también puede hundirse por exceso de equipaje. Para animarnos en nuestro andar espiritual, Hebreos señala: “…despojémonos de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos enreda, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos delante de nosotros puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe…” (Hebreos 12:1-2).
Así como aquel barco parecía muy fuerte y seguro, exteriormente podemos impresionar a los demás, pero, si en el interior nos agobia el pecado, nuestra perseverancia puede verse afectada. No obstante, hay un remedio, al descansar en la guía de Dios y el poder del Espíritu Santo nuestra carga puede aliviarse y la perseverancia fortalecerse.
- Puedes descansar en el perdón y la gracia de Dios que siempre están a disposición del peregrino espiritual.
- No confíes en tus habilidades o inteligencia porque pueden fallar y convertirse en un exceso de equipaje no deseado en tu vida, mejor pídele a Dios que guíe y aligere tu carga.
HG/MD
“Vengan a mí, todos los que están fatigados y cargados, y yo los haré descansar” (Mateo 11:28).
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