Lectura: Gálatas 6:7-9
Durante mi niñez, el grupo de amigos del barrio practicamos muchos tipos de juegos y deportes, por supuesto a nuestro estilo y con nuestras limitaciones.
Un día, la mamá de uno de los amigos le prohibió salir con nosotros pues tenía muchas tareas atrasadas. Pero, él desobedeció a su mamá y literalmente se deslizó por una de las ventanas de su casa y fue donde estábamos “jugando” a ser luchadores de lucha libre combinado con gimnasia. El juego consistía en practicar algunas volteretas que habíamos aprendido en las clases de deportes en la escuela, y combinarlas con lo que habíamos visto en la televisión.
Jugamos al menos por dos horas, y acordamos que ya era tiempo de la última «lucha-gimnasia», consistía en dar una vuelta entera y tratar de dar un golpe al final del movimiento, todos lo hicimos más o menos, pero cuando le tocó el turno al amigo desobediente, no calculó bien por lo que se dio un fuerte golpe en la boca y perdió un diente del frente. Su desobediencia le provocó además del regaño, al menos 2 años con aparatos de ortodoncia en su boca, y en su juventud me decía que aun en ocasiones le dolía.
Dos mil años atrás el apóstol Pablo explicó de manera simple y directa este principio de la siguiente manera: “Todo lo que el hombre siembre, eso mismo cosechará” (Gálatas 6:7). Esta dura ley de la vida, nos recuerda que nuestras elecciones siempre tienen un impacto y alcance que jamás podemos imaginar, por lo que las palabras de Pablo nos recuerdan la importancia de elegir y decidir con sabiduría.
- Señor ayúdanos a entender que necesitamos de Tu guía para realizar elecciones sabias, y por supuesto Tu perdón cuando tomamos una mala decisión.
- Nuestros errores de hoy producirán consecuencias que cosecharemos mañana. Por ello es mejor evitar el pecado que sufrir por sus consecuencias.
HG/MDV
“No se engañen; Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre siembre, eso mismo cosechará” (Gálatas 6:7).
Agradezco este devocional. Es de alta y fácil comprensión. Mensaje nutridor de la palabra de Dios. Y lo comparto a otros para mutua edificación . Amén en Jesucristo.