Especial: Devocionales Semana Santa
Lectura: 2 Corintios 9:1-7
Durante la Segunda Guerra Mundial se oyó a menudo este lema: “Dar hasta que duela.” Ese lema puede estar bien para el mundo, pero sin duda no es un lema apropiado para el creyente que quiere ser todo lo que debe ser para el Señor Jesucristo.
El ejemplo que nuestro nuestro Señor nos dejo en la última semana de su vida en la tierra nos muestra que El realmente estaba dispuesto a dar hasta la última gota de sangre todo por amor a nosotros, sin duda Jesús la prueba máximo de hasta donde estuvo dispuesto Dios por nosotros.
Si has dado al Señor y todavía te duele, mi amigo(a), entonces todavía no has dado lo suficiente. Nuestro lema siempre ha de ser, según la Escritura, “Dar hasta que se sienta bien.”
Si te duele ofrendar para Aquel que dio todo por ti, es una evidencia concluyente de que aún no has dado todo lo que deberías. Dios no pide que le des a Su causa, para procurar Su propio bien. Dios, después de todo, no necesita tus regalos. Él quiere que des para tu propio beneficio, para que aprendas la lección de que “es mejor dar que recibir” (Hechos 20:35).
Nuestro Señor ciertamente no tiene necesidad de nuestros davivas, porque como dijo Pablo en Hechos 17:24-25 (NTV): “Él es el Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él. Ya que es el Señor del cielo y de la tierra, no vive en templos hechos por hombres, y las manos humanas no pueden servirlo, porque él no tiene ninguna necesidad. Él es quien da vida y aliento a todo y satisface cada necesidad.”
1. Si el dar es para nuestro beneficio, entonces, que Él quiere que nosotros compartamos esa alegría de dar. ¿Tienes esa alegría? Recuerda Él llegó hasta a la muerte por ti, sin duda a Él le dolió y mucho, pero el beneficio fue inmenso para nosotros.
2. En lugar de dar hasta que duela, sigue dando hasta que te sientas bien.
NPD/MDH