Lectura: Mateo 2:1-12
Una revista norteamericana informó los resultados de 3 encuestas que indicaban una erosión del significado de la Natividad. Sólo la tercera parte de los encuestados dijo que lo importante de esta época es el nacimiento de Jesús.
Entonces, ¿qué es lo importante? ¿Los regalos? Pues el 97% de los encuestados indicó que era imprescindible comprar regalos en esta época.
Aunque no sea malo conmemorar el regalo de Dios de Su Hijo, haciendo regalos a los que amamos o a los menos favorecidos, esta agradable acción, puede infectarse de codicia rápidamente.
¿Todos podemos recordar los juguetes de moda del año pasado? Una pareja que había comprado uno para su hija, desistió de la idea cuando se enteró de que podían tener una ganancia muy considerable si lo lograban venderlo en una de tantas páginas de ofertas, que permiten ofrecer objetos personales a otras personas que tengan interés, pues el juguete que habían comprado se había convertido en tendencia y no había tantos en el mercado.
O todos conocemos de personas que, aunque no lo necesiten en realidad, quieren y desean el último teléfono inteligente. Compramos la mayoría del tiempo cosas que no necesitamos, pero como otros lo tienen, nosotros no podemos quedarnos atrás de ellos.
Si te encuentras atrapado en la codicia de estas fechas, aparta un momento para sentarte tranquilamente. En tu mente, camina con los pastores a ver a Jesús recién nacido. Inclínate ante Él y ofrécele el regalo de tu amor y tu adoración a Dios.
- El egoísmo puede hacer de esta época de reflexión una carga llena de codicia, pero el recordar el amor de Dios expresado Su la venida a la tierra, puede hacer una gran diferencia.
- Hoy al igual que ayer, el amor de Dios está ahí listo para aceptarte, luego de que reconozcas tu necesidad de Él y le adores.
HG/MD
“Preguntando: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido para adorarle.” (Mateo 2:2).