Lectura: Juan 16:17-24
Cuando la soprano empezó a cantar, la congregación la escuchó en silencio y muy atentamente. Su encantadora voz era capaz de expresar con notas las conmovedoras palabras del antiguo himno Sublime Gracia (Amazing Grace), escrito en 1772 y publicado en 1779 por el clérigo y poeta inglés John Newton (1725-1807). El título de este himno transmite una verdad que se torna más preciosa a medida que comprendemos la maravillosa gracia incluida en estas letras: “En los peligros y aflicción, que yo he vivido aquí, su gracia siempre me libró, y me guiará hasta el fin”.
Me parece que de alguna manera todos hemos atravesado situaciones complicadas que nos afligen, como cuando nuestros seres amados se han ido y sufrimos por la separación que causa la muerte, o un hijo se casa y se muda lejos para estudiar en otra ciudad o país. Sí, es cierto, tenemos las redes sociales y las video llamadas, pero nosotros estamos aquí y ellos están allá.
No obstante, como creyentes en Cristo, el Señor nos promete que nunca estaremos solos. Aunque nos sintamos así, Él no se ha ido a ninguna parte. Está aquí, ahora y siempre. Cuando dejó esta Tierra les dijo a sus discípulos: “Y he aquí, yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). También nos lo reafirma al decirnos por medio del escritor de Hebreos: “Nunca te abandonaré ni jamás te desampararé” (Hebreos 13:5). ¡Cuán maravillosa es tu gracia!
- Cuán maravilloso es su nombre; el solo hecho de pensar en Él nos brinda consuelo y seguridad.
- Gracias Señor Jesús por estar siempre cerca, te necesitamos cada día.
HG/MD
“Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia para que alcancemos misericordia y hallemos gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16).
0 comentarios