Plan de Lectura: Salmo 119:89-176 & Proverbios 10.
Los contrastes y los extremos a veces no son buenos. Demasiada tristeza puede matar; demasiada felicidad también. No tener jamás una sorpresa hace la vida tediosa, pero una sorpresa demasiado inesperada puede ser trágica. Una vida de continuos sinsabores lo predispone a uno al suicidio, mientras que una vida de continua felicidad lo hace a uno insensible.
De ahí que lo mejor sea el término medio. Mucho dinero aísla; poco dinero aflige. La excesiva enfermedad produce miseria; la excesiva salud, engreimiento. No tener ningún amigo hace la vida solitaria; tener muchos amigos puede hacerla frívola. Ningún placer, da amargura; demasiados placeres, irresponsabilidad.
¿Dónde está la solución? En una vida sobria, mesurada, equilibrada y prudente. En saber llevar una vida disciplinada. El antiguo proverbista, el gran Salomón, entendía esta gran verdad, como así lo demuestra Proverbios 10.
Además de esto el salmo 119 es un tesoro de principio a fin. Es virtualmente un salmo de oración. A lo largo de él se dirige al Señor y brota de un corazón realmente humano en toda su fragilidad y sus fallas. No importa cuán grandes sean nuestras metas, continuamos siendo como el final del salmo bien lo proclama, como oveja extraviada necesitando el cuidado del Pastor Eterno (176).
1. Salmo 119:89-176. ¿Cómo podemos amar Su Ley sin llegar a ser legalistas? ¿Por qué la Palabra de Dios es una lumbrera para nuestra vida? Este salmo también nos habla con respecto a las duras realidades de la vida, las aflicciones y las trampas de los impíos. Ante esas realidades, ¿Cómo puede ayudarnos un salmo como este?
2. Proverbios 10. En esta sección es utilizado con frecuencia el recurso de los contrastes y las comparaciones para enseñar verdades. ¿Con quién se contrasta el justo? ¿El sabio con quién se contrasta? ¿A quién le promete Dios una buena y larga vida?