Lectura: Apocalipsis 22:6-20

Conozco a una persona a quien le gusta leer primero el último capítulo cuando comienza una nueva novela de suspenso. “Eso me quita la ansiedad de la lectura”, afirma.  Algo similar nos ocurre a los creyentes debido a que conocemos el final de la historia; podemos permanecer en calma y paz aun en medio del tremendo caos de este mundo caído.

En Filipenses 4:5, Pablo denomina a esta actitud como “amabilidad”, que se deriva de la palabra griega “epieikés”, la cual también tiene una connotación de moderación.  Es un término que implica “paz bajo presión”. Alude a la fortaleza deliberada y tranquila con que enfrentamos las circunstancias inquietantes de cada día. Los reinos pueden caer; los amigos, fallar; las iglesias, desaparecer; los océanos, crecer; y las montañas, derrumbarse; y nosotros seguir en paz.

Pero ¿cómo podemos los creyentes mantenernos en esta forma de actuar, aun cuando todo parece desplomarse? Lo hacemos porque recordamos que “el Señor está cerca” (Filipenses 4:5).  Él está de pie al otro lado de la puerta, listo para aparecer y recomponer todo lo que anda mal; entonces, este mundo y todos sus problemas se convertirán en el reino de nuestro Señor, y “…la tierra estará llena del conocimiento de la gloria del Señor, como las aguas cubren el mar” (Habacuc 2:14).

  1. Nuestro Señor Jesús prometió: “¡Sí, vengo pronto!” (Apocalipsis 22:20). ¡Podría ser hoy!
  2. Los creyentes conocemos el final de la historia, por eso podemos tener paz cuando todo parece derrumbarse.

HG/MD

“Porque la tierra estará llena del conocimiento de la gloria del Señor, como las aguas cubren el mar” (Habacuc 2:14).