Lectura: Salmo 147:1-9
Si te alejas lo suficiente de las luces de la ciudad en una noche clara y miras al cielo, descubrirás miles de estrellas brillando con distintas intensidades y colores. También podrías ver una franja nebulosa que atraviesa el cielo, que es nuestra propia galaxia vista de lado. Se parece a una nube de polvo y estrellas, y atraviesa una gran parte del cielo nocturno.
En la Palabra de Dios se reconoce el poder sin límite y el conocimiento infinito del Dios que “cuenta el número de las estrellas” y “a todas ellas llama por su nombre” (Salmo 147:4).
Con firmeza podemos decir que el Creador del universo no es una fuerza distante e insensible, sino un Padre celestial amoroso que “sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas” (Salmo 147:3). “El Señor ayuda a los humildes” (Salmo 147:6) y “se complace en los que le temen, y en los que esperan en su misericordia” (Salmo 147:11).
Es más, nuestro Dios nos ama tanto que “ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda más tenga vida eterna” (Juan 3:16).
El escritor británico J. B. Phillips (1906-1982) llamó a nuestro hogar en el universo “el planeta visitado”, donde el Príncipe de gloria todavía está llevando a cabo su plan.
- Podemos estar seguros de que nuestra esperanza para hoy y siempre se fundamenta en el amor y la misericordia de Dios, quien llama a cada estrella por su nombre.
- El Señor sabe tu nombre y quiere que entiendas que Él tiene una verdadera vida para ti, acepta hoy su regalo de salvación.
HG/MD
“Cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por su nombre” (Salmo 147:4).