Lectura: Proverbios 24:30-34

Sabes, puedo darte toda una guía práctica con respecto a: ¿Cómo tener un césped horroroso?  Todas las páginas estarán en blanco porque eso es exactamente lo que se necesita: nada.  Lo único que hay que hacer es:  no tocarlo y en menos de lo que canta un gallo saldrá la mala hierba y esparcirá por todas partes.  La fórmula mágica para tener un césped feo es no regarlo, no abonarlo, no quitar la mala hierba y no cuidarlo.

Por supuesto que la guía no tendrá éxito porque nadie quiere un césped horroroso, al menos no conscientemente.  Sin embargo, la gente termina teniendo un césped horroroso por negligencia.

Cuando estoy quitando la mala hierba me pregunto si le dedico tanto tiempo y esfuerzo al mantenimiento de mi vida espiritual como a mi césped.  ¡Con que facilidad se arraigan en mi alma la mala hierba de la ira y del desaliento!  ¡Qué pronto desplaza la ansiedad, la paz de mi corazón!

El autor del libro de Proverbios observó el mismo patrón: “Pasé junto al campo del perezoso,
junto a la viña del falto de entendimiento, y vi espinos por todas partes; las ortigas cubrían toda la superficie y la cerca de piedras estaba por los suelos.   Miré esto, y lo guardé en mi memoria;
lo vi, y aprendí una lección.” (Proverbios 24:30-32).

Las fórmulas para un mal césped y para una mala vida son exactamente las mismas: Un poco de flojera.

  1. Todo lo que se necesita para arruinar una vida es la flojera.
  2. Si hoy estás sintiendo flojera, quita de esa actitud de tu vida, y cámbiala por esfuerzo, ponte a trabajar y ocupa tu mente.

NPD/DCM