Lectura: 2 Timoteo 3:10-17
La batalla de la industria de la comida rápida está más viva que nunca, los críticos están sugiriendo que los restaurantes tradicionales de comida rápida, necesitan concentrarse más en la parte de la comida y no en la parte rápida. La comida, dicen algunos, tiene demasiadas cosas malas y no suficientes buenas.
Las cadenas grandes están respondiendo al incluir en sus menúes líneas más sanas de alimentación, ensaladas, tipos de pan más saludables o alternativos por mencionar algunas.
Entonces, el problema es la razón por la que la gente va a los restaurantes: la comida. Aparentemente, la comida está siendo cuestionada porque no está suministrando la dieta sana que muchas personas quieren.
El mismo problema se presenta en los tiempos de adoración y estudio de la Palabra de Dios, ya sea en la casa o en la iglesia. El problema no es el método, sino la substancia, es la comida espiritual que se está ingiriendo. Piensa por un momento ¿Estás siendo bien alimentado con verdades de la Palabra de Dios, o estás recibiendo trozos que ocupan tu tiempo, pero no te dan nada que te ayude a crecer espiritualmente?
Con la comida rápida, los científicos pueden hacer pruebas y determinar las calorías y el contenido de grasa. Con la nutrición espiritual, tienes que hacer una prueba para determinar si estás obteniendo lo que necesitas.
Si quieres crecer espiritualmente, no te conformes con nada que no sea el alimento sólido de la Palabra de Dios.
- Lo que estás estudiando o leyendo, ¿se encuentra basado sólidamente en las Escrituras y no en la opinión de alguien? (2 Timoteo 3:16-17). ¿Puede ser apoyado por versículos específicos?
- ¿Está mi estudio centrado en la perspectiva y enseñanza de Jesús, y procura glorificar a Dios y no al hombre?
HG/MD
“Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para la enseñanza, para la reprensión, para la corrección, para la instrucción en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente capacitado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17).