Lectura: Efesios 6:1-4

El conocido escritor y maestro bíblico Howard Hendricks, les recomienda a los padres que no intenten sobornar a sus hijos, ni los amenacen con tal de conseguir que les obedezcan.  Lo que necesitan los hijos es que se les discipline con firmeza y amor, a lo cual hay que añadir que la disciplina en sí, nunca será agradable.

Hendricks compartió la siguiente historia que le sucedió una vez cuando estaba de visita en una casa, cuando una pequeña de ojos brillantes se sentó a la mesa y se ubicó frente a él. La madre de la niña le dijo dulcemente: “Cindy, cómete toda la comida”.  Al ver que no hacía caso, le dijo: “Si no te comes toda la comida, no comerás postre”, a pesar de esta amenaza la niña no se tomó la sopa y le dijo con voz firme: “Ya no quiero comida, quiero mi postre”. Luego de un par de intentos más buscando que su hija comiera, la mamá se dio por vencida y retiró el plato con la mitad de la comida aun en él, y acto seguido le trajo un tazón de postre.

El escritor dijo: “Este es un caso perfecto de cuando los padres obedecen a sus hijos, en lugar de que los hijos obedezcan a sus padres, tal como indica la Biblia” (Efesios 6:1).

Muchos padres temen hacer lo que es mejor para sus hijos.  Lo que les preocupa es que sus hijos se vuelvan en su contra y piensen que no los aman.  Hendricks anota lo siguiente: “La principal preocupación de un padre no debe ser lo que piensen de él ahora, sino lo que pensarán dentro de 20 años”.

Hasta la corrección de nuestro amado Señor en ocasiones puede parecernos dolorosa, pero si somos obedientes, quizás luego de muchos años empecemos a comprender que la corrección de nuestro Señor “…da fruto apacible de justicia a los que por medio de ella han sido ejercitados” (Hebreos 12:11).

  1. Reflexiona por un momento; si en verdad amas a tus hijos, buscarás lo que es mejor para ellos, aunque en el presente a ti también te cause dolor e incomprensión de tus hijos e hijas.
  2. La forma más fácil de asegurarle una vida de problemas a los hijos e hijas, es ser demasiado blando con ellos.

HG/MD

“Instruye al niño en su camino; y aun cuando sea viejo no se apartará de él.” (Proverbios 22:6).