Lectura: 2 Corintios 2:14-17
Creo que la mayoría hemos visto transmisiones televisivas de celebraciones por victorias inmensas, ya sea porque se gana el título en un deporte, se ganan unas elecciones, o porque alguien de la comunidad consiguió un logro sobresaliente; y es que a las personas en general también les gusta sentirse parte de esas victorias y celebrar.
Los desfiles de victoria no son un invento nuevo, ya eran muy populares en los tiempos romanos; por ejemplo, cuando un general y sus tropas regresaban victoriosos de una campaña militar, al entrar a la ciudad eran recibidos con mucha alegría y celebraciones.
Esta imagen es la que posiblemente tenía en su mente el apóstol Pablo al escribirle a la iglesia de Corinto, al decirles: “Pero gracias a Dios que hace que siempre triunfemos en Cristo y que manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento por medio de nosotros” (2 Corintios 2:14).
Es muy hermoso pensar que formamos parte de ese desfile de celebración de Dios, el cual está encabezado por Jesús resucitado y victorioso, celebrando su victoria sobre la muerte (Mateo 16:18) y trayendo un olor fragante que se esparce por toda la tierra (Efesios 5:2).
Así que cuando hablamos de la victoria de Jesús en la cruz y la libertad que nos da ese hecho a nosotros como creyentes, estamos difundiendo el conocimiento de Cristo a todo lugar donde vayamos.
- Como seguidores de Jesús, lo que comunicamos principalmente es que seguimos a un Dios vivo que quiere ser nuestro Salvador, Señor y Amigo.
- ¿Estás viviendo como Jesús lo hizo?
HG/MD
“Y anden en amor, como Cristo también nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio en olor fragante a Dios” (Efesios 5:2).