Lectura: Efesios 4:29–5:2
Es muy frecuente que, al viajar a ciertos lugares turísticos, algunas parejas graben con sus nombres candados y los dejen en esos lugares como muestra de su amor al mundo, específicamente cuando visitan puertas, cercas o puentes famosos.
Por supuesto, a las autoridades locales no les gusta para nada esta moda, debido a que pueden ocasionar accidentes o producir daños a la propiedad al retirarlos de la infraestructura. Otros opinan que este tipo de “muestras de amor”, son actos vandálicos, mientras que por supuesto hay quienes los consideran como obras artísticas hermosas y ejemplos del compromiso del amor de pareja.
Hubo alguien que demostró su verdadero amor eterno en un lugar público y lo exhibió en uno de los lugares menos “apropiados”, en medio de ladrones, siendo la burla de quienes lo observaban y provocando indignación a otros que no entendían y habían puesto sobre su cabeza una corona y un rótulo que decía: “EL REY DE LOS JUDÍOS” (Mateo 27:37).
Jesús exhibió su amor por nosotros sobre una cruz, entregó su vida para ofrecer el perdón de pecados; y, por si fuera poco, continúa demostrándonos su amor cada día. La salvación no es tan sólo una promesa de vida eterna con Dios, sino también una experiencia cotidiana de perdón, seguridad, provisión y gracia en nuestra relación con Él.
- La mejor muestra de tu amor por otros es compartir el evangelio con ellos para que también puedan disfrutar del amor eterno de nuestro amado Salvador.
- Amarnos unos a otros implica que debemos renunciar a nuestro yo, en función del nosotros en Cristo Jesús.
HG/MD
“Y anden en amor, como Cristo también nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio en olor fragante a Dios.” (Efesios 5:2).
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