Lectura: Efesios 5:1-17

Con los años cada vez más personas practican senderismo, el cual comúnmente se realiza en parques nacionales que tienen rutas especiales para que las personas puedan disfrutar de la naturaleza, cascadas, bosques de todo tipo, lagos, entre otras muchas maravillas.

Sin embargo, algunos de esos senderos pueden llevar a los más aventureros a subir por laderas de montañas escarpadas, abriéndose paso en medio de las piedras resbalosas, en una energizante travesía para llegar hasta la cima; les es necesario prestar atención a cada paso ya que, si una persona no tiene cuidado, podría caerse. Las claves para un ascenso exitoso de este tipo son la concentración y la precaución.

Esta situación es una muy buena ilustración de lo que el apóstol Pablo expresa en Efesios 5:15: “Miren, pues, con cuidado, cómo se comportan; no como imprudentes sino como prudentes”.

Sin duda, con todos los posibles peligros que se cruzan en nuestro camino mientras andamos por la vida, es vital que demos cada paso de manera sabia y cuidadosa pensando en cómo lo haría Jesús en nuestro lugar. El texto afirma que el necio vive descuidado, mientras que la persona sabia presta atención a cada paso para no tropezar o caerse.

El apóstol Pablo declara que nuestro objetivo de ser “imitadores de Dios” (Efesios 5:1) se logra cuando andamos cuidadosamente en amor (Efesios 5:2,15). Con la guía del Espíritu Santo, podemos andar de modo que honremos a Dios.

  1. Imitemos a Jesús caminando con Él cada día.
  2. Al andar en amor somos un testimonio vivo para otros de lo que Dios puede hacer con una vida entregada a Él.

HG/MD

“Miren, pues, con cuidado, cómo se comportan; no como imprudentes sino como prudentes” (Efesios 5:15).