Lectura: Lucas 15:1-7
En nuestra lectura devocional leímos sobre la parábola del pastor y la oveja perdida, la cual tiene algunas lecciones que hacen referencia directa a la responsabilidad que tenemos los creyentes para con quienes están perdidos.
El pastor no estaba satisfecho con las 99 ovejas que ya tenía seguras en el redil. No dijo con jactancia: “¡Bueno, tan sólo me hace falta una oveja, no es tan grave el problema!”. No fue así, él se sentía personalmente responsable de la única oveja que faltaba (Lucas 15:4).
De igual forma, el pastor tampoco asumió que la oveja regresaría por su cuenta. Esa oveja era indiferente a su condición de perdida y necesitaba ser encontrada. Así que el pastor tomó la iniciativa y fue a buscarla. Él no se rindió y no descansó hasta que la encontró (Lucas 15:5).
Además, el pastor quería que otros compartieran su alegría al constatar que una oveja perdida había sido encontrada (Lucas 15:6). Sus amigos y vecinos quienes celebraron con él debieron haber sentido que encontrar una oveja perdida, era uno de los esfuerzos más alegres y que valen la pena en el mundo.
Los creyentes tienen la obligación de buscar a los perdidos. Qué diferencia habría si nosotros respondiéramos al Señor con un rotundo: “¡Sí!” A la vieja pregunta: “¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?” Entonces, así como el pastor de la parábola de Jesús, nosotros también debemos ser activos en la búsqueda de las ovejas perdidas.
- Tú también puedes compartir tu fe, no hace falta que tengas una gran preparación bíblica para realizar la labor de buscar perdidos, tan sólo inicia compartiendo el amor de Jesús por ellos. Comparte el sencillo plan de Salvación (Romanos 6:23; 1 Corintios 1:18-31):
- Tienes un grave problema que se llama pecado, no puedes solucionarlo por ti mismo y te costará tu vida.
- Jesús ya pagó el precio de muerte por tus pecados muriendo en la cruz.
- Con su resurrección Él te ofrece que aceptes Su sacrificio a cambio de que le entregues a Él tu vida. Te ofrece como bono la vida eterna. ¿Qué harás?
- Ciertamente, eres el guardián de tu hermano y eso significa que debes ser su buscador.
HG/MD
“Les digo que, del mismo modo, habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento” (Lucas 15:7).
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